Amor

El amor es tal vez lo más buscado y lo más preciado por la gente—más que el dinero, la fama, o el éxito. La madre Teresa dijo: “En este mundo, hay más hambre de amor y de apreciación que de pan.“ Benjamín Disraeli, autor y político británico, escribió : “Todos nacimos para amar… el amor es el principio de la existencia, y también su única meta.” Y Franklin P. Jones, hombre de negocios estadounidense, dijo una vez: “El amor no hace que el mundo gire. El amor es lo que hace que el paseo valga la pena.”

El amor es algo que deseamos ardientemente, algo que le da significado a nuestras vidas y hace que valgan la pena. Sin él, nos sentiríamos incompletos, carentes y perdidos. ¿Dónde lo podemos encontrar?

Como la mayoría de personas, probablemente experimentamos el amor por primera vez a través de nuestros padres y hermanos. Cuando crecemos, experimentamos el amor de nuestros amigos. Cuando nos casamos, experimentamos el amor de nuestro cónyuge, y después, el de nuestros hijos. El amor de nuestra familia y de nuestros amigos juega un rol sumamente importante en nuestras vidas.

Sin embargo, sin importar cuán maravilloso parezca este amor, está limitado por el tiempo y las circunstancias. Los padres mueren, los hermanos se casan y se mudan lejos, los amigos se separan, los hijos crecen y comienzan a vivir sus propias vidas. Por otro lado, el amor que recibimos de otros es muchas veces condicional. A veces, los amigos están demasiado ocupados como para escucharnos, los hermanos sólo ayudan cuando marcha bien la relación, las parejas se divorcian cuando sienten que ya no reciben amor del otro. En algún momento, puede que nos hayamos sentido decepcionados por nuestros seres queridos. Esto nos hace preguntar, ¿acaso hay alguien que nos ame con un amor incondicional, ilimitado y eterno?

La respuesta es sí.

Hay alguien que nos ha amado cuando menos lo merecíamos. Hay alguien que nos ama tanto que estuvo dispuesto a entregarlo todo por nosotros. Hay alguien que nos ofrece un amor que perdura en esta vida y en la próxima. Su amor por nosotros es tan grande que sobrepasa nuestro conocimiento y entendimiento.

Este alguien es Jesucristo.

Jesucristo nos amó tanto que sacrificó su vida en la cruz para salvarnos del pecado (1 Jn 4:9-10). Hoy en día, nuestro amor por otros es usualmente limitado y basado en la comodidad o la conveniencia. Jesucristo entregó todo, hasta su propia vida, para que pudiéramos gozar de la vida eterna a su lado.

Jesús murió por nuestros pecados, no porque somos buenos o porque lo merecemos. Al contrario, lo hizo aun cuando nos oponíamos a Él, cuando todavía estábamos bajo el pecado (Ro 5:8). Nuestro amor por otros se limita generalmente a los que nos agradan o a los que consideramos dignos. Rara vez amamos a nuestros enemigos, a los ingratos o a los que consideramos poco dignos. Pero a los ojos de Jesucristo, nosotros éramos los poco dignos, y aun así, se sacrificó por el gran amor que nos tiene.

Jesós nos ama con un amor eterno. Algún día, nuestro amor por otros se acabará, sea por un cambio en nuestras circunstancias de vida o por haber llegado al fin de nuestras vidas. Sin embargo, nada nos puede separar del amor de Cristo, ni los problemas, ni la fuerza, ni el paso del tiempo, ni siquiera la muerte (Ro 8:35-39). El amor de Jesucristo sobrepasa todo amor humano porque Él es Dios encarnado (1 Ti 3:16).

El amor humano es algo maravilloso, pero a veces puede que sintamos que algo nos hace falta en nuestras vidas. Jesucristo quiere llenar ese vacío en nuestros corazones con su amor perfecto. Él nos quiere atraer para que podamos encontrar la plenitud y el regocijo (Jer 31:3, Os 11:4, Sof 3:17). Él nos ha prometido que lo encontraremos, si es que lo buscamos con todo nuestro corazón (Jer 29:13).

Si deseas experimentar el amor perfecto, ven a conocer al Señor Jesucristo, porque Él es amor (1 Jn 4:16). Toma una Biblia y lee lo que Dios ha hecho por el gran amor que te tiene. Ponte en contacto con una iglesia cercana, y conoce a otros quienes han experimentado el maravilloso e influyente amor de Dios. Luego llegarás a conocer a Dios personalmente a través de la oración.

Pronto experimentarás el amor perfecto que has estado esperando toda tu vida.