El Espíritu Santo

¿Por qué necesito el Espíritu Santo?
No es fácil vivir en la sociedad de hoy. Puede ser que hayas sido lavado con la sangre de Jesús, pero ¿cómo harás para mantenerte limpio? El mundo está lleno de maldad, perversión e ideas erróneas. La gente es esclava de sus deseos. Es difícil seguir los pasos de Jesucristo cuando todos los que están a tu alrededor caminan en dirección opuesta.

No te desanimes: antes de dejar la tierra, el Señor Jesucristo hizo una promesa a sus seguidores porque comprendía los retos a los que se enfrentarían:

Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece (Jn 15:18-19).

Él sabía de las persecuciones y sufrimientos que ellos enfrentarían por su nombre y que sería importante para ellos contar con el apoyo de su poder.

Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. (Jn 14:25-27)

El Espíritu Santo, el espíritu de la verdad, abre nuestro entendimiento para poder comprender la voluntad de Dios (ver 1 Co 2:11) y trabaja para transformar nuestras vidas, a fin de que podamos superar las tentaciones de la carne y así poder llevar una vida productiva (Ro 8:13). El Espíritu Santo nos distingue y caracteriza como pueblo Dios, nos santifica y nos sella hasta el día que entremos al reino celestial (1 Co 6:11, 2 Ts 2:13; Ef 1:13-14).

¿Qué es el Espíritu Santo?